Este piso, en un edificio clásico del centro de Madrid, con 3,60m de altura de techos y carpinterías muy especiales,
fueron la propia inspiración a la hora de crear este proyecto.
La altura entre forjados, la orientación de la vivienda y las amplias balconeras creaban una atmósfera calma, con los colores suaves en tonos tierra,
elegidos para revestir los ambientes. Con la cocina como núcleo central, que distribuye los pasos hacia las habitaciones, conseguimos que la circulación dinámica de la vivienda sea la esencia de esta reforma.